Es sumamente importante
para un investigador reconocer las diferencias de estos dos métodos, los
cuantitativos y los cuantitativos, sobre
todo porque sabiendo que los diferencia podrá encontrar el modo de
complementarlos. Aunque, en muchos casos, el investigador no escoge realmente
el método que quiera usar, o con el que se siente más cómodo, en ocasiones es
necesario usar el que sea más conveniente o el que esté más de acuerdo a lo que estudias, o investigas,
cómo lo dice Carolina Martínez Salgado, “mi trabajo se desarrollaba por entero
en las áreas de epidemiología y la sociodemografía, disciplinas que trabajan
fundamentalmente con métodos de investigación cuantitativos”.
Usar
uno de los métodos ya antes mencionados no significa que no podrás utilizar el
otro, como ya lo mencione, es importante saber cómo relacionarlos, y sobre
todo, cada uno responde diferentes preguntas, con diferentes respuestas, por
eso la importancia de saber diferenciarlos, porque solo así el investigador
reconocerá la manera correcta de utilizarlos. Claro, depende también mucho de
la pregunta que se desea contestar el método que se tendrá que utilizar.
Los métodos cualitativos y cuantitativos,
como todo, tienen historia, no siempre han sido lo que son ahora, han ido
evolucionando hasta llegar a lo que son hoy, eso lo deja claro el autor Roberto
Castro, “muchos científicos sociales se han alejado del ideal físico-natural de
antaño, y se han acercado a las humanidades, y más que explicar leyes sociales
que expliquen las determinantes de la conducta, se interesan por analizar el sentido que los individuos atribuyen a
sus actos y a su entorno”.
Algo que distingue a los métodos cualitativos
es la forma de usarlos, o tratarlos, esto se resuma a acciones, cómo:
preguntar, escuchar, observar. Se puede ver a este método como otra forma de
estudiar los hechos del hombre desde distintas ciencias, una forma distinta de
hacer observaciones.
Hay que tener algo claro, estos métodos no
son fáciles de implementar, con los métodos cualitativos, llegaran momentos en
los que el investigador se encontrara rodeado de dudas, preguntas que lo harán
sentir confundido, debido a que es un medio de estudio que atraviesa variadas
disciplinas, y además no se encuentra ligado a una teoría en sí. Los
investigadores tienen que estar consientes de que cuando entren al campo de lo
cualitativo se podrán encontrar contradicciones. Pero no todas las
preocupaciones serán iguales, estas variaran de acuerdo a el campo o el área
desde donde se indaga, pero eso no es todo, a esto se le suma “barreras
derivadas de las diferencias nacionales, raciales, culturales y de género”.
En el texto de Castro, podemos observar tres
cuestiones que son de suma importancia si se desea comprender mejor las cosas
respecto a los métodos cualitativos:
1.
La cuestión ontológica: “exige una
definición respecto de la forma y naturaleza de la realidad, y de lo que se
puede conocer de ella”.
2.
La cuestión epistemológica: “exige una
definición respecto al tipo de relación que se establece entre el científico
que conoce y la realidad que se conoce”.
3.
La cuestión metodológica: “exige una
definición respecto de los métodos específicos con los que se puede conocer la
realidad”.
Pudimos
encontrar en el texto de Carolina Martínez Salgado una periodización respecto a
las disciplinas humanas, desde el principio del siglo XX, hasta nuestros días.
El primer periodo que podemos encontrar es el llamado por la autora como
“periodo tradicional”, que comenzaría desde antes del siglo XX al final de la
segunda guerra mundial, este periodo es conocido debido a que los estudios
cualitativos se hacen desde una perspectiva o enfoque positivista, y el centro
de estos estudias eran las personas extranjeras, o simplemente extrañas o
diferentes.
Seguiría el
periodo llamado por la autora como “modernista” o “edad de oro”, que comenzaría
de la época de la postguerra hasta los años 70’s, pero la autora considera que
aun en nuestros días tiene presencia. En este el paradigma más poderoso es el
postpositivismo, y sobre todo algo de lo más característico de este periodo, es
que se comienzan a investigar procesos sociales importantes, y se le comienza a
dar voz a los grupos más desafortunados de la sociedad.
Le sigue el periodo llamado como “periodo de géneros
borrosos”, según la autora esta tercera etapa está marcada por que inicia y
termina con dos obras de un mismo autor, “The Interpretation of Cultures”, y
por “Local Knowledge”, ambos de Cliffort Geertz. Geertz dejó en claro algo, que
las fronteras entre las ciencias sociales y las humanidades se estaban
borrando, o cada vez dejando de existir. Que había una especie de mezcla entre
la ficción, ya etnología etc. Al mismo tiempo nacían nuevas maneras de
aproximación, como el neopositivismo, el neomarxismo, etc. Cambiaba todo,
incluso la autora menciona que se dejaron de publicar los artículos
científicos, y se comenzó a escribir en ensayos, esto cambiando la manera en
que se transmitían las nuevas investigaciones. Por último también se fueron
borrando las reglas sobre cómo, y sobre que tenía que tener un trabajo de
investigación, los paradigmas dominantes fueron el naturalista, el postpositivista,
y el construccionista.
A
continuación sigue el periodo llamado crisis de representación, este periodo se
puede fichar entre los años ochentas y los noventa del siglo XX, y se
caracteriza por una gran variedad de crisis, se vuelve a discutir sobre los
planteamientos ya establecidos, al mismo tiempo también se pone en duda los
planteamientos sobre la validez, confiabilidad y la objetividad. Otra cosa que
se pone en duda es el modelo previo de la verdad y el significado. Por último
se pone en cuestionamiento la relación entre el trabajo de campo y los
hallazgos encontrados en este.
Algo que
también se cuestiona son dos supuestos de la investigación se cuestionan, el
primero es la capacidad del investigador para capturar la experiencia vivida, a
esto se le llama de una manera más correcta “crisis de la interpretación”. Lo
segundo que se cuestiona seriamente es si los métodos para lo cualitativo sea
realmente lo ideal, o lo que de verdad sea de mayor utilidad para estos, a esto
se le llamó “crisis de la legitimidad.
Ante estos
problemas se buscaron rápidas soluciones, y efectivas, para el primero se
buscaron respuestas a base de lo que el investigador intenta es recrear un
texto sobre la experiencia vivida por el sujeto de estudio.
Por último
y para cerrar con los métodos cualitativos tenemos el periodo postmoderno, se
inicia a finales de la década de los 90’s, se caracteriza por el surgimiento de
nuevas epistemologías de ciertos grupos que nunca antes se llegaron a
manifestar. Se empieza a realizar más investigación orientada a la acción, desde un modo mucho más crítico frente a las
perspectivas sociales, y ahora las investigaciones se tornan las teorías más
locales, y se trabaja ahora con temas más específicos. Tampoco se cree en una
teoría en sí, o para ser más claro, no se considera que alguna sea la verdad
absoluta, además para este periodo se cuenta con un gran apoyo.
Ahora
comenzaré a hablar sobre los métodos cuantitativos, estos privilegian la
medición entre variables, así como el análisis entre relaciones casuales entre
variables. El principal factor de estos métodos es que consideran que existe
una realidad social que es sumamente independiente de los individuos, y que puede
ser cognostible mediante la cuantificación. Esto supone varias formas
metateóricas:
1.
“Una primera decisión se refiere al
nivel de realidad que debe ser conocido, asociado estrechamente a los factores
objetivos, externos a los individuos”.
2.
“Se piensa que esos factores objetivos
constituyen patrones regulares, cuyas leyes
pueden ser conocidas”.
3.
“Al enfatizar la importancia de las
[leyes] sociales que existen en la realidad y que determinan la conducta de los
individuos, se privilegia la explicación como
tipo de conocimiento predecible.”
4.
“Al postular la conducta humana puede
explicarse en relación con las leyes sociales, se tiende a favorecer un nivel de análisis macro, que permita la generalización de los hallazgos.”
5.
“Dado que se asume que los fenómenos sociales
presentan patrones recurrentes y generales. En consecuencia, el conocimiento
puede desarrollarse por medio de una lógica-hipotetica deductiva, en la que la
falsación constituye uno de los puntos nodales de la actividad científica.”
6.
“Con el fin de permitir la verificación,
se asume que es posible recordar la realidad en forma precisa, y que este
recorte se puede lograr, en primera instancia, por medio de conceptos bien
delimitados.”
7.
“Finalmente, y consecuencia de lo
anterior, una última decisión se refiere al carácter explicativo y sintético
(de grandes cantidades de información), que, se asume, es posible imprimir al
discurso científico-social.”
Sin duda, lo que más caracteriza a los métodos
cuantitativos es la aplicación de numérica a los estudios realizados. Esto
debido a la gran utilidad de la estadística, sin embargo, no nace
específicamente para aportar a los estudios sociales, la estadística se adaptó
de un modo que es de gran utilidad a lo social. Es importante señalar que,
cuando se decide aplicar a un estudio los métodos cuantitativos se conoce ya si
es posible que las propiedades básicas de la estadística también existen en el
objeto de estudio.
Para
concluir, es necesario el uso de los métodos para la investigación, hay que
saber en que tipo de trabajos se usaran, y cómo. El investigador tendrá que
conocerlos de manera casi perfecta, aunque sus aplicaciones varían, y tendrá
que tomar un bando según sus necesidades, o sus estudios, claro, esto no será
eterno, siempre se puede pasar de un lado para otro, el investigador tiene que
recurrir a lo que le sirva o ayude para terminar con su trabajo, y dejarle al
mundo de la ciencia algo digno y satisfactorio para él.
Bibliografía.
Roberto Castro, “En busca del significado: supuestos
alcances y limitaciones del análisis cuantitativo, en Para comprender la
subjetividad. (México: El Colegio de México, 2002).
Carolina Martínez “Introducción al trabajo
cualitativo de investigación. En para comprender la subjetividad. (México: El
Colegio de México, 2002).