Visita al Valle del Yaqui.
Por Luis David Valdenegro Ventura.
Sobre el valle del
yaqui se pueden observar y decir muchas cosas, desde lo pintoresco y bello que
es el lugar, hasta la interesante historia que rodea al lugar y sus
alrededores.
El primer lugar al que llegamos fue al
municipio de San Ignacio Río Muerto, es
municipio desde 1997 según sus habitantes. Lo primero que se hizo fue ir a la
biblioteca, donde nos dieron información muy variada, de distintos temas. Ahí,
el encargado del lugar nos platicó sobre las cosechas de Noviembre, las cuales
según él (y otras personas que entrevistamos a lo largo de nuestro recorrido),
son del 15 al 25 de dicho mes, y lo que se cosecha y siembre son hortalizas,
trigo, entre otras especies de semillas y alimentos. O en otras palabras, de
nuevo según el encardado de la biblioteca “Lo que menos agua gaste”, es lo que
se trata de cosechar. Lo cual se puede tomar como una cultura de ahorro del
agua, tanto en los campos como en el municipio, están consientes que dependen
de una presa, y un pozo. Esta idea la pude reforzar al no encontrarme con fugas
de agua en el lugar, ni ver a personas haciendo uso indebido del líquido, o
simplemente tirarlo. Al final el encargado nos mandó a la casa del señor
Antonio Rodríguez (bola de nieve), debido a que es considerado el “cronista del
pueblo”. Para nuestra mala suerte, no se encontraba en el municipio, así que
seguimos nuestro recorrido.
Llegamos a un edificio de gobierno, el cual
nos llamó la atención, porque no teníamos idea de que era, o cual era su
función. Era un centro de capacitación de maestros, ahí el señor José
María Días León, el en encargado nos
atendió, al parecer muy feliz de tener visitas. Nos mencionó la función del
lugar, que es capacitar a maestros de distintos lugares, y esto fue lo que me
llamó la atención, que se encuentre en un lugar tan pequeño, y abarque hasta
ciudades como Guaymas y Empalme. Los maestros tienen que ir hasta San Ignacio
para recibir cursos, o diplomados de diferentes tipos. Además, el lugar cumple
otra función, el de un centro de usos múltiples. Acuden desde oficiales de
policía a dar cursos, hasta alumnos de diferentes grados de escolaridad a
realizar sus tareas. Esto debido a algo muy curioso, pero entendible, y como lo
dijo el señor José, “nosotros tenemos el único cañón del pueblo”. El centro está en buenas condiciones, pero
pudiera estar mejor, debido a la falta de recursos.
Ahí, y en otros lugares nos hablaron sobre
las fiestas del lugar, que curiosamente serían una semana después de nuestra
visita, el 28 de noviembre. Y la pregunta era ¿qué festejan?, nos respondieron
que festejaban otro año más de que se dio el reparto agrario. Hacen bailes,
acude la mayoría de la población del lugar, y de otros poblados cercanos, al
parecer las fiestas duran más de un día, y los pobladores la esperan con
ansias, y esperan que otros acudan a festejar con ellos. Porque debido a la
compleja historia del lugar, los pobladores al menos se muestran orgullosos de
su historia, y la platican con mucho entusiasmo.
En la oficina ejidal nos dieron más
información, además de mostrarnos algunas lapidas que esperan poner en las
tumbas de los llamados “mártires de San Ignacio”. Según lo que nos platicaron
ahí y otros pobladores, estos 7 líderes
lucharon por sus tierras, debido a que el gobierno federal intentaba
arrebatárselas. Debido a esto fueron asesinados. Sin embargo, por esta misma
razón les dieron a los pobladores tierras, (no supieron darme la razón
específica de la entrega de tierras), y por esta razón son considerados
mártires del lugar.
Debido a esto se hace otra celebración el
día 23 de Octubre de cada año, donde se recuerda a los mártires de diferentes
maneras. Se hacen comidas, bailes, ofrendas, y muchas personas van y ven una
especie de dramatización de los hechos.
Otro aspecto importante que debemos recalcar, es el hecho de que después
de muchas peticiones al gobierno del estado, por fin se celebrara el día en
Sonora, todas las escuelas de educación básica izaran la bandera a media asta.
Esto en honor a los mártires de San Ignacio, lo cual se pudo apreciar, hacía
felices a los habitantes del lugar.
En cuanto a historia no nos pudieron decir
mucho sobre la llamada “colonia militar”, que se encuentra a menos de 300
metros de San Ignacio. Los pobladores solo pudieron decirme que fue fundada
después de la revolución, de soldados que llegaron del sur del país, a trabajar
las tierras del norte, y que al parecer en los días actuales solo la habitan
personas de origen indígena.
Los pobladores dicen contar con los
servicios básicos que serían luz, agua, drenaje, etc. Y alegan vivir bien, en
un lugar pacífico, donde ya se conoce a los ladrones de siempre. Para muestra
de esto es que la iglesia todo el tiempo está abierta, y no cuenta con huellas
de vandalismo estilo grafiti. Así como la presencia de iglesias protestantes en
el municipio, la cual, de acuerdo a lo que nos dijeron algunos pobladores, está
cada vez más frecuentada. No cuentan con
transporte público, debido a que el lugar es demasiado pequeño, y la gente ya
se acostumbró a caminar para todos lados. Además de la agricultura, también se
practica la ganadería, y la pesca, claro, estas con mucha menor presencia en el
valle.
Un objeto de estudio en
San Ignacio puede ser por obvias razones la “matanza de San Ignacio”. Por ser
del siglo pasado, se puede pensar que existen variedad de fuentes, así como lo
interesante que puede llegar a indagar sobre el tema. Con diferentes enfoques,
el tema es muy tentador.
Además de la Colonia militar, de la que al
parecer poca información se tiene. Estas visitas además nos sirven para
enseñarnos los múltiples vacios historiográficos que hay, y los cuales se
pueden llegar a llenar con nuestro trabajo.
Nuestra siguiente
parada fue Pueblo Yaqui, un poblado que tiene muchos años luchando por ser
considerado municipio, pero aun no lo ha logrado. Al igual que en San Ignacio,
se puede apreciar un buen número de negocios, desde tiendas de ropa, hasta
“cybers”, así como restaurantes, y de muy reciente aparición, los súper
mercados como “Ley” o “Santa Fé”.
Aquí según los pobladores, se dio el reparto
agrario en 1937 con Lázaro Cárdenas, y llegaron personas de distintos orígenes,
dentro del mismo estado como de otros, que serían la mayoría de Sinaloa y Chihuahua.
Y para muestra de agradecimiento en el centro de la ciudad en la calle más
transitada se encuentra un monumento en honor al ex presidente Cárdenas.
Se muestra como un pueblo dinámico, con
mucho movimiento tanto vehicular como de personas. La mayoría de estas trabajan
en el campo, la otra se dedica a los negocios locales. Algo que pude observar,
fue que enfrente del nuevo súper mercado Ley, se encuentra un negocio local, un
mini súper que al parecer abastecía a la mayoría del pueblo antes de la llegada
de las dos grandes empresas. Para quitarme algunas dudas acudí con Alejandra,
una joven que atendía en un negocio de venta de flores. Ella me dijo que Ley,
tiene muy poco abierto, alrededor de una semana, y Santa Fé alrededor de dos
meses. Pero ninguno le ha quitado la clientela al minisúper local, ya que tiene
sus clientes fieles. Con esta chica hable de otros temas, y pude observar
ciertas cosas. Se tiene una cierta indiferencia por parte de la juventud hacia
la violencia, ya sea hacia personas más grandes o de su edad, “si los matan es
por algo”. Así como también se tiene un gran deseo por salir del poblado, la
mayoría de los jóvenes aspiran a migrar a ciudades del estado, o incluso de
otros estados. Ya sea por estudios, o porque quieren vivir en ciudades grandes,
los jóvenes buscan salir de ahí. De esa misma mujer me entere que ahí “no hay
nada que hacer” a pesar de los bailes que se hacen cada fin de semana, lo cual
puede ser un fuerte incentivo más para migrar fuera del poblado.
Se pueden observar un gran número de
personas mayores sentadas en las bancas que están sobre la calle principal, lo
cual según ellos ya es toda una costumbre que los autonombrados “abanicos” se
sienten ahí y miren a las muchachas pasar.
Buscamos la iglesia, debido a que fue, o
sigue siendo un punto importante del pueblo. Llegamos a una iglesia católica,
la parroquia del lugar, que de igual manera a la de San Ignacio está abierta
mientras este el sol presente. Platicamos con la secretaria de la iglesia, y
nos dio cierta información. La iglesia fue hecha parroquia en 1950, más
desconocían su año de fundación como iglesia. Hablando con la secretaria salió
el tema sobre el nuevo papa de la iglesia católica, a lo cual ella respondió
“siempre hemos confiado en la iglesia”, el nuevo papa no se tiene que esforzar
tanto.
Antes de irnos llegamos a una pared, donde se
encontraba algo escrito, bajo el lema de “Acción poética Pueblo Yaqui”, y fue
interesante ver esto, como ha llegado un movimiento de esta magnitud e
intereses a este poblado.
Entre las problemáticas de estudio que se
pudieran dar en Pueblo Yaqui, son la migración que se dio del estado de
Chihuahua, o de Sinaloa a dicho lugar.
Además de los orígenes de la iglesia, cuyos
terrenos fueron donados por un señor que se presume aun sigue vivo y habita en
Ciudad Obregón, Sonora.
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